miércoles, 17 de diciembre de 2008

Monique Von Cleef (primera parte)

Este es un artículo de la revista barcelonesa SADO MASO nº29 del año 1989(toda una joya de coleccionista),que dirigía José María Ponce y que está escrito por Luis Vigil:disfrutemos haciendo historia.
A mediados de los sesenta,en la prensa sensacionalista de Nueva York,precursora de la que luego sería la prensa abiertamente erótica,un anuncio por palabras destacaba del general del chico buscando chica o viceversa.Decía así:"Rubia de metro ochenta,magnífica figura,aspecto imperioso,busca amigos o amigas".Los que contestaban a tal anuncio acostumbraban a encontrarse como respuesta con una nota,ordenándoles presentarse en una dirección de una parte cara de la ciudad:los Sesenta Este.La firmaba una tal Monique Von Cleef.
Y los que respondían a la orden de la desconocida,en buena parte de los casos,acababan siendo unos esclavos más de la que,con el tiempo,llegó a convertirse en una de las Dóminas más famosas de la Historia del S.M. mundial.
Mujer muy inteligente y muy locuaz,Monique Von Cleef era originaria de Holanda.Ex-enfermera titulada,fluente en varios idiomas y obviamanete culta,Monique tenía suficientes conocimientos de psicología como para descríbir en términos técnicos las necesidades de su múltiple clientela y el papel que ella representaba para sus esclavos.
Decidida a"hacer las Américas"por aquello que el dinero corre más deprisa en la gran ciudad de Nueva York,Monique había instalado en la Gran Manzana su gabinete.Llegó a tener más de diez mil nombres de sumisos en sus archivos y,entre sus clientes y amigos,se hallaban algunas de las figuras más prominentes del momento en campos tales como las leyes,las ciencias,la educación,la medicina,la politica...e incluso la religión.
Como diría en cierta ocasión:"A los hombres los empujan diablos.Conmigo logran expulsar esos diablos y sus mentes son domadas,lo que es bueno para ellos".Siendo como son los yanquis,con sus sempiternas bodas y divorcios,Monique tuvo,evidentemente,docenas de propuestas de matrimonio,que siempre rechazó:"Quiero mantener mi independencia y,en cualquier caso,no me veo casada a un hombre que necesitase que lo disciplinase".Tampoco escuchó jamás las ofertas de hombres ricos y famosos que querían que fuese su mantenida,ofreciéndole fabulosas mansiones,gastos pagados,servidumbre,limusinas y yates...todo aquello que pudiese apetecer."Ya tengo todo lo que deseo",afirmaba."¿Qué más podría desear?Algunos piensan que soy una prostituta,pero ya no lo dicen cuando llegan a conocerme.¡Jamás realizo actos sexuales con un cliente!Y,no obstante,cuando sé que estoy dando un supremo placer a través del dolor a alguien al que realmente admiro o aprecio,también yo obtengo en el proceso mi propia satisfacción sexual,y eso sin necesidad de tocarme o de que me toquen".
Monique había tenido las habituales experiencias de una adolescente durante la Guerra Mundial,cuando su país había sido invadido por los nazis.Luego,cuando la"liberación",un soldado yanqui la hizo mujer...tras lo que desapareció.
Acabada la guerra y terminados sus estudios de Enfermería,las circunstancias la llevaron a hacer un trabajo habitual entre las europeas de la postguerra:la prostitución.Pronto descubriría que una especialización,la sadomasoquista,pagaba más y,al menos a ella,le proporcionaba más satisfacciones.
En el libro"The House of Pain",que narra la historia de su vida,Monique confiesa:"¡Maldita sea,escriben de mí en la asquerosa prensa amarilla como si fuera un cruce entre una amazona sádica y un marimacho avaro.Mírenlo desde este punto de vista:tengo un establo especial de clientes fuera de lo común,o de pacientes muy particulares,o como quieran llamarlos.Soy una especialista en mi profesión,como lo es un cirujano del cerebro,o el que repara la tele.Y me saca de quicio el ver que algún ignorante escribidor sensacionalista habla de mí como una sádica maquiavélica,que sólo puede llegar al orgasmo a base de apalear a algún pobre tipo raro,con un gato de nueva colas o una paleta llena de clavos.Y eso que,en muchos casos,ni se trata de inflingir daño fisico,lo importante es la humillación.Naturalmente,eso a menudo implica,y va acompañado,del que les dé en las nalgas o algún otro tipo de castigo físico,pero únicamente porque ese tratamiento es el summum de la humillación para un adulto.Incluso para un niño,el ser colocado sobre las rodillas y sometido a una azotaina significa poco en cuestión de dolor;muy pocos niños tiene verdadero miedo al daño fisico.El verdadero castigo está en la humillación emocional.Y castigo es aquí la palabra adecuada y correcta.Lo que realmente desean todos mis clientes,es un castigo...".
Con esta comprensión profunda de las necesidades de su clientela,no es de extrañar que el"establo"estadounidense de Monique fuera creciendo y creciendo,hasta que la primera casa de dominación,que había instalado en Staten Island,se le quedó pequeña.Y,como los negocios iban económicamente boyantes,pudo comprar,a finales de 1964,una mansión más adecuada en el 850 de Lake Street en Newark,New Jersey,para establecer alli su base de operaciones.Se trataba de un caserón de dieciséis habitaciones,que pronto estuvo amueblado como un verdadero palacio del placer a través del dolor,equipado con todo el instrumental al caso.A la dirección,susurrada entre los aficionados,llegaban sumisos de todo el país.Y Monique complacía a aquellos que no podian visitarla,efectuando algunas giras,en visitas a clientes muy especiales.
Todo parecia ir viento en popa para ella,hasta que,poco antes de las Navidades de 1965,el mundo se abrió bajo sus pies:el Detective Arthur Magnusson,Jefe de la Brigada del Vicio de New Jersey,concertó una cita con Monique...y justo cuando la Dómina estaba a punto de iniciar una sesión con él,se identificó como policía...y,como surgidos de la nada,decenas de agentes hormiguearon por la mansión del dolor.
Los agentes no podían dar crédito a sus ojos,mientras llevaban a sus vehículos,confiscados,los aparatos,los instrumentos,el vestuario y,sobre todo,los voluminosos archivos de la clientela,que incluían muchos"contratos de esclavitud",firmados por sus sumisos.Monique y un antiguo actor de la televisión,James A. Beard,que vivía en la mansión y ayudaba en algunas sesiones,fueron detenidos y acusados de"mantener una casa de mala reputación con propósiciones inmorales,poseer pornografía con el objeto de mostrarla,y conspiración".
El FBI se mostró de inmediato interesado en el contenido de los archivos de Monique...lo que hizo que muchos hombres importantes,algunos de ellos con cargo en el Gobierno,sudasen con sudor frío.A pesar de ello,fueron muchos los amigos y admiradores de Monique que acudieron en su ayuda...hasta que empezaron a apretarles los tornillos:algunos vieron como sus declaraciones de la renta eran reexaminadas por Hacienda,otros se supieron vigilados por un grupo u otro de mirones oficiales.Y sólo los más leales entre ellos pudieron soportar este tipo de coacciones.
Naturalmente,las sesiones terminaron en la mansión de Newark,clausurada por el Juez.Monique únicamente visitaba a sus amigos más íntimos,y aún así con exquisita discreción.Sí,continuaba viendo a algunos de sus clientes en sus casas o en hoteles...pero sólo fuera del estado de New Jersey.Incluso,durante un tiempo,Monique actuó en night-clubs,en un acto en el que se presentaba vestida con su cuero fetichista,haciendo chascar su látigo y narrando su filosofía sadomasoquista...Era un triste final para la indiscutible Reina del dolor...¿O no lo era?

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