RENTRÉE EN EL BDSM.

Sentí que era el momento,MI MOMENTO.No sé si sabréis a qué me refiero,esa sensación en la boca del estómago que te dice que estás preparada,esa en lo más profundo de tu ser que te dice que puedes entrar de nuevo en la vorágine de este mundo inundado por fieras que desgarran tu piel por el mero hecho de ver cómo sufres entre sus manos.Para ello me pertreché con las armas más sofisticadas que encontré y me fueron ofreciendo mis amigos en este tiempo de recogimiento.
Recibí una invitación para la fiesta que Dómina Libertad organizaba y no me lo pensé dos veces.Me arreglé con la ilusión que antaño perdí y acompañada de mi querido amigo MARIO,y de uno de mis alumnos y futuro lacayo,doe2,nos encaminamos hacia el sitio elegido para degustar unos suculentos manjares y refrescar nuestras gargantas con excelentes elixires que iban a dar fuerzas a mi cansado y maltrecho cuerpo curtido en mil batallas a golpe de fusta y pala.
No me sonrojo al confesaros,mis queridos lectores,que mis manos temblaban y el corazón,mil veces reparado,palpitaba y resonaba tan fuerte en mis oídos que se asemejaba a los tambores que anuncian el comienzo de la batalla.Sabía que las gentes que allí me encontraría no tenían por qué ser mis antiguos enemigos(confiaba en la anfitriona),aún así no sabía como acallar el estruendo de mi corazón.
Nunca me faltó el valor y cuando los invitados llegaron e hicimos las presentaciones oportunas,no lo dudé más y salté a la arena.Para mi alumno no fue fácil ser el primero en dejarse hacer y más rodeado de más de una docena de pares de ojos de desconocidos que escrutaban cada movimiento nuestro.Me acerqué a su oído y con voz pausada y dulce le dije:"Confía en mí,de mi mano nada malo puede pasarte".
Pronto se notó el gran poder de las féminas dominantes pues tan sólo nosotras y mi apreciado amigo MARIO fuimos los únicos que dijimos"piscem peto"(como si estuviéramos en el Anfiteatro de la Roma clásica)y nos lanzamos al combate con todas las de la ley.
Cuerdas,palas,varas traídas de lejanas tierras,agujas...se mezclaban con risas y palabras de complicidad;mi temor primigenio se desvaneció,ese sentimiento se tornó en alegría y me sentí arropada por mis compañeros.
Después de la algara,poco menos que faltó que alguien gritara:"¡Albricias,mi Señora,aquí le traigo un prisionero lozano con buenas espaldas para que lo use en los trabajos que usted crea menester!"

Hay quien diría al ver esta imagen que fuese el retrato de una prueba de vida que se da de un secuestrado;(nótese la agonía en la mirada del susodicho).

No quisiera despedir este relato sin hacer una mención especial a nuestra anfitriona,que siempre se desvive por hacer comiditas ricas con sus propias manos y también mucha bebida por el precio que en otros lugares casi te cobran por tan sólo dar las buenas noches.

THE BOYS(en mi caso THE MISTRESS)ARE(IS)BACK IN TOWN!!!